El título significa algo así como "la generación tartamuda". Y, como es fácil de ver, está en galés. Igual que el resto del disco. Es habitual en los Super Furry Animals y su cantante no iba a ser menos. Mientras la banda madre se entrega con éxito a recargar y sinfonizar cada vez más sus obras, Rhys publica en solitario unas canciones en las que pretende explorar el aspecto más primario del pop.
Los temas son apenas batería rudimentaria, voz, acordes básicos y aditamentos de retro-electrónica trotona. Como las melodías son pegajosas, el resultado refresca y cosquillea. Y demuestra que a veces el exceso de arreglos es sólo un ejercicio fútil para enmascarar falta de talento. Pequeñas obras de bisutería que entran a la primera como “Rhagluniaeth Ysgafn”, “Ni Yw y Byd” o la exultantemente gritable “Y Gwybodusion” (un puto hit) demandan ya un método Robertson de pronunciación figurada de gaélico. Será un divertimento, pero lo jodido es que le ha salido justo así, muy entretenido y entrañable. Pero mucho. Tanto como corto se hace, que dura sólo veintinueve minutos.
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