Dos amigos van de camino a una tienda de discos para escuchar el último directo de Brian Wilson. No es muy bueno y uno se burla del otro, que se defiende preguntándole a quien considera él hoy en día un escritor de canciones genial. “Doug Martsch”, dice el primero. Y el otro le contesta con un exabrupto. Al cabo de nada el segundo amigo se confiesa: “fui duro porque a mí también me encanta lo que hace Doug Martsch”. El diálogo aparece en un tebeo de Jeffrey Brown, y viene a decir dos cosas: que Doug Martsch es un gran escritor de canciones y que todavía merece la pena seguirle la pista en cualquiera de sus encarnaciones, ya sean Built To Spill, Halo Benders o con su propio nombre. Cada una de ellas es especial, pero el grupo que todos sentimos generacional sin importar nuestra edad son Built To Spill.
Después de cinco años (los que separan “Ancient Melodies Of The Future” de este “You In Reverse”), el octavo disco de los de Idaho por fuerza tenia que ser distinto. A simple vista, ellos son los mismos, con la incorporación definitiva de Jim Roth (guitarrista de directo desde 1999) y los habituales Brett Netson y Sam Coomes (Quasi) como amigos invitados. Pero todo es diferente porque ahora cada uno tiene libertad para hacer con su instrumento lo que quiera, las canciones se construyen entre todos, y con ello llegan los primeros síntomas de dispersión, para bien y para mal.
Para bien porque canciones como “Goin´ Against Your Mind” –pese a sus ocho minutos largos- o “Traces” podrían ser el “Float On” de 2006, y para mal porque los aires skatalíticos de “Mess With Time” son el primer patinazo de una banda hasta ahora impecable. Con todo, “You In Reverse” es el mejor de los discos posibles de Built To Spill en 2006: aires de Crazy Horse (“Wherever You Go“, “Just A Habit”), George Harrison (“The Wait”) y hits epidérmicos de los de toda la vida como la preciosísima “Liar”, “Saturday” o “Conventional Wisdom”.
Many many quialty points there.