Yield

Acabemos de una vez por todas con la hipocresía periodística. Aquí no hay objetividad posible. Ni "Ten" es una abominable escultura AOR ni "No Code" el rejuvenecer del verdadero rock americano. Desde la perspectiva de seguidor incondicional, a uno le empieza a divertir el modo en el que ha sido tratada la banda de Seattle en la prensa nacional e internacional. Digan lo que digan las teorías revolucionarias de los lumbreras de turno, la esencia de Pearl Jam sigue estando en su primer disco. Porque "Ten" es y seguirá siendo su gran obra; porque "Jeremy", "Black", "Once"o "Alive" son y seguirán siendo sus grandes canciones. A buen seguro que todas ellas gozarán de mayor comercialidad y menor personalidad, madurez y coherencia que lo ofrecido en "No Code" y "Yield".

De todas formas, al admirador de Pearl Jam le importan un carajo términos como reflexión, personalidad, coherencia o madurez (estamos hablando de Pearl Jam, por Dios). ¿A quién se quiere engañar? Todos sabemos que "No Code" es, de largo, la peor grabación de Vedder y cía.; pero también sabemos que es su evolución lógica. Evolución que continúa en "Yield", un disco más inspirado, contemplativo, equilibrado y serio que su predecesor. Han mejorado pero siguen sin acercarse a su mejor nivel. Aun así, "Yield" es un disco en el que, por encima de todo, encontramos grandes canciones. Como siempre.