Aunque a veces me despista un poco el hecho de que su voz se parezca tanto a la de Suzanne Vega (escuchen “Magnetized”), Laura Veirs mola. Pese a que por aquí la conocimos fundamentalmente gracias a “Carbon Glacier” (Bella Union/ Sinnamon, 04), éste es ya su quinto disco, lo que explica que nos encontremos ante un trabajo de madurez envidiable.
Será por el ritmo pregrabado que dirige “Fire Snakes”, o por la extensa parte instrumental (arpa y violines) de ese mismo tema, o por la electricidad (muy a lo Liz Phair) que convierte “Galaxies” en un hit para todos los públicos, o por el recitado de “Secret Someones”, o por el soleado estribillo de “Rialto”, o por lo bonita que es “Spelunking”, o por el aire emo de “Where Gravity Is Dead”, o porque, a la que te descuidas, deja canciones en el contestador. En fin, Laura Veirs mola porque pese a ser una cantautora parapetada tras su guitarra y sus desarreglos emocionales usa un montón de trucos para que nadie se dé cuenta de ello.
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