A algunos grupos el paso del tiempo no les sienta bien, envejecen de un año para otro y, de repente, las ideas se agotan, los tics se repiten y la gracia se pierde. Yacht andan en esas, lo tuvieron todo de cara tras publicar en el prestigioso sello DFA (hogar de LCD Soundsystem y otros tantos) y ahora andan en otra discográfica más modesta, Downtown Records. Ahí siguen dando guerra Jona Bechtolt y Claire L. Evans (cantante, blogera y escritora, entre otros oficios), que continúan con su loable empeño de actualizar el sonido de Devo, Tom Tom Club y Blondie por medio de una producción vistosa, pero con mucho cartón por detrás. Y eso que arrancan bastante bien con un “Miles & Miles” que recuerda a su mejor época en DFA, pero nada más comenzar “White Mirror” ya hay algo que chirría, lo que antes nos resultaba algo refrescante y novedoso, ahora huele un poco a rancio. Cuando sólo puedes rescatar tres o cuatro temas de un disco, las alarmas comienzan a saltar; habrá que tener paciencia y esperar a que arreglen este desaguisado y vuelvan por sus fueros.
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