Caldo Espirito

El pasado viernes vio la luz el nuevo trabajo de Xoel López, "Caldo Espírito" (Esmerarte, 23). Una receta de once temas que captura la esencia del coruñés y grita sus desequilibrios más reales. Voz como ingrediente principal y una producción glaseada al detalle.

Xoel se aleja de las letras llenas de luz de otros discos como "Atlántico" (Esmerarte, 12) y nos comparte su desgarro en forma de “sudor y sangre”, de “Salitre y Humo”. (Des)amor destilado en ritmos que bien podrían haber nacido en las manos de Juan Luis Guerra o Rubén Blades. De hecho, no puedo evitar pensar en “Patria”, del panameño, cada vez que comienza la radiante “Faneca Brava”. Es en esta quinta pista donde ese “espíritu caliente” de López queda plasmado. Raíces, pero en movimiento; crudeza, pero cocinada con finura.

Entre aromas latinos también se cuela, como es natural, el alma de Deluxe. Aunque poco pudo saborear esta Gen Z que escribe ese pop-rock dosmilero, “Fort Da” consigue retomar muy bien la nostalgia y mezclarla con las nuevas olas sonoras. Un carácter similar lleva “Elevarte Caer”, donde Repion terminan de sazonar el hechizo nocturno del gallego.

Toques funky como los de “Esto no es amor” tampoco faltan en el menú: nunca viene mal bailotear entre ruptura y ruptura. Referencias a canciones pasadas —el “beso tu espina, muero en tu flor” sonará familiar a quienes su rayo le alcanzara— y ajenas —¿de quién era ese “me lo dicen en los bares”?— en las que se plasma el mimo con el que cada frase está aliñada. ¡Hay incluso hueco para un ficticio spin-off de Blow Up alrededor de “Mágica y Eterna”!

Sin despegarse de su estilo, Xoel ha conseguido plasmar su madurez compositiva y autenticidad en este álbum cocinado a fuego lento. Aunque un espíritu entero no cabe en una reseña, en este frasco de “canciones hechas con el corazón”, sí.