Hypatia
DiscosWray

Hypatia

8 / 10
Luis Argeo — 12-04-2016
Empresa — Communicating Vessels
Género — Rock

El esfuerzo conlleva un premio. El segundo trabajo de Wray se ajusta a dicha premisa. Tras más de un año trabajando en la depuración de su sonido guitarrero, en el afinamiento de sus coros, en la fortaleza de sus ensoñaciones melódicas, la banda, rara avis en el ecosistema musical de Alabama, se ha hecho un hueco en la escena alternativa americana, avalada ya por crítica especializada y comercial, respaldada por productores como Lynn Bridges (Devendra Banhart), con el que el trío se ha adentrado en un territorio inexplorado, el del shoegaze del profundo sur americano. Si The XX tuvieran unos primos sureños, estos responderían al nombre de Wray. Hypatia es un DIY apoyado en pedales que distorsionan la suavidad, voces apacibles y contundencia rítmica que, durante media hora, te invitará a soñar sonriendo.

El trío de Birmingham (Alabama), que ya giró durante 2014 y 2015 con bandas como Man Or Astro-man? o Native Lights, se une a otros grupos o músicos salidos de esa ciudad sureña, como Dead Fingers o Duquette Johnston, para romper los estereotipos del rock y su lugar de procedencia, siguiendo la frágil senda abierta a finales de los 70 por la mítica banda local de power pop: Hotel. ¿Se pueden encontrar guitarras viciadas de distorsión y ambientes melancólicos más allá de la balada polvorienta de rock sureño, más allá del Free Bird de Lynyrd Skynyrd? Hoy la respuesta es Wray.

Quizá no sea una banda tan contundente como las que se etiquetan bajo el shoegaze actual procedente de EE.UU., el que define a formaciones como Ringo Deathstarr, el que practicaron en sus primeros tiempos The Pains of Being Pure at Heart, el de A Place To Bury Strangers. Quizá en este segundo trabajo Wray se decante por el dream pop, por sus ecos de guitarras y sus cuidadas voces, más que po el trastornado shoegazing. Pero, sin duda, el trío ha sabido arrimarse a un rock de amplio espectro con un bajo, una guitarra y una batería, intrumentos tocados por David Brown (cantante), David Swatzell y Blake Wimberly, respectivamente.

"Hypatia" se ha empleado como single de lanzamiento (su vídeoclip homenajea a la filósofa y maestra neoplatónica nacida en Alejandría, Egipto, en el año 370 de nuestra era, la primera mujer científica de la Historia). El tema que da nombre al álbum sirve de salvoconducto a la banda para penetrar en las atmósferas que les envuelven, al tiempo que hace de brújula para cuantos ya conocían su trabajo previo, algo más rockero. Shiva llega cargada de psicodelia ancestral…, como si la banda quisiera rendir devoción a aquel India ochentero de The Psychedelic Furs. También hay algo de The Cure, The Stone Roses y de otros padres putativos del shoegaze británico de los 90 en los temas centrales. Escuchando Pined, el corte más largo de la docena, uno pierde la conciencia del tiempo. Y así, de repente, cuando termine de sonar el tema que cierra este álbum, el viaje sónico que conforma Mounts Minding, te entrarán ganas de volver a ponerlo entero, una y otra y otra vez.

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