Han tenido que pasar más de cinco años para que Morrissey entregase la continuación de “Years of Refusal” (Decca, 09), amplio periodo que el músico ha aprovechado para mantenerse de actualidad radicalizando (y manifestando) convicciones políticas y sociales. Una tendencia que el vocalista también desliza en su nuevo disco, hasta definir inevitablemente el propio talante de la obra. El británico afila lírica, épica e ironía para afianzar las bases de un trabajo meditado, profundo e hiriente, que muestra a un artista tan maduro en tareas compositivas como ampliamente enérgico en ejecución. El álbum acoge puntuales éxitos en potencia (“Kiss Me A Lot”, “Staircase At The University” o la anti-tarurina “The Bullfighter Dies”), pero se decanta en su mayoría por temas extensos, trabajados a conciencia y destinados a un calado emocional en el que recrearse (“I’m Not A Man”, “Smiler with Knife”, “Kick The Bride Down The Aisle” o “Mountjoy”). Rematado con el aire mediterráneo (en ocasiones algo chocante) que promueve una intermitente guitarra española, Moz regresa con un álbum compacto y, como es habitual, ciertamente personal, que puntúa alto tanto por pegada explícita como por su sentido intrínseco.
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