Ahora que los guilty pleasure están bien vistos y que reivindicar a Enya o Kenny G no se penaliza con el aislamiento social, Rhye pueden triunfar sin reparos ni miradas incómodas. Ahora que ellos llevan los pitillos más apretados que ellas y que las barreras se diluyen en vasos de gin tonic, descubrir que tras la sensual y delicada voz de Rhye se encuentra un hombre, Mike Milosh, es un poco menos chocante. Todos los elementos que podríamos considerar cursis y masticados como esos clímax de saxofones, violines y cantarle al amante que abandona la cama, se combinan de manera inteligente, mucho más cercana a la segunda oleada triphopera o a artistas como Jay-Jay Johanson que a Des’Ree. Milosh y el productor Robin Hannibal (Quadrant) deambulan cómodamente entre líneas de bajos funk, teclados ochenteros, cajas de ritmo pegadizas y capas de violines que acompañan la melosa voz de Milosh. Casi imposible no sucumbir al encanto de “Open”, “Hunger” o “The Fall”, por citar tres.
¿por qué esa nota si la crítica es muy positiva? para mi es un discazo que no para de escuchar y no me cansa
Una joyita de dico post-coito