Puede entenderse que unos debutantes necesiten escapar a las previsiones y no repetirse en su segundo disco. Puede disculparse que, en su condición de canadienses supuestamente abducidos por su estancia en ese vivero de tendencias que es últimamente la Gran Manzana, hayan querido desmarcarse del marasmo revisionista post punk (dentro del que, por cierto, superaban incluso los logros de bandas con mayor repercusión mediática como Interpol o Editors).
Pero poco de todo ello puede justificar un álbum tan desangelado y anémico como este “Without Feathers”. Lo que en “Logic Will Break You Heart” era emocionante acelerón, aquí es traqueteo rutinario. Allá donde había nervio, aquí sólo hay ralentí. Donde había mágica densidad, ahora sólo hay una pretendida elementalidad formal que acaba resultando de lo más mundana. Acháquenlo a la salida del guitarrista Greg Paquet o al mayor protagonismo vocal de Dave Hamelin (en detrimento de Tim Fletcher), pero definitivamente a este grupo nos lo han cambiado, hasta asemejarse a una versión rebajadísima de quilates de los momentos más prescindibles de bandas como, pongamos, unos Doves. Apenas la novedosa conducción pianística de “Halo The Harpoons” y el vértigo puntual de “Baby Blues” escapan a la rutina de esta ración de indie rock formulista. Lo suyo es un nuevo bajón, uno más dentro de ese pack generacional tristemente proclive a disparar con pólvora mojada tras esperanzadores discos de debut.
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