Muchas cosas debían estar pasando en el seno de At The Drive-In cuando les sobrevino el éxito con la edición de su último álbum “Relationship Of Command”. Por lo pronto, aquel disco estaba producido por un Ross Robinson que les insuflaba ese toque soul-rock inflamado y duro que les desmarcaba de la cohorte de grupos emo y les hacía sonar a todo trapo en tu reproductor. Por lo tarde, les sobrevenía un éxito y una desmadrada atención de los medios a la búsqueda de otros Nirvana, cosa a la que no estaban acostumbrados. Ahora tras la escisión, tres de los cinco ATDI, Jim Ward (guitarra y vocalista), Paul Hinojos (bajo) y Tony Ajar (batería) (los otros dos se fueron por derroteros más progresivos con su banda The Mars Volta y más dub en DeFacto) editan este primer trabajo bajo el nombre de Sparta, regresando de nuevo a los postulados más frágiles, melódicos, repletos de intensidad guitarrera entre dolorosos interludios, propios del emo. Temas trabajados, pero que se quedan a medias ante la abundancia de sonoridades similares y una sensación de deja vu, que más que un paso atrás es un paso a ningún lado.
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