Mucho más que un simple disco, estamos ante parte del legado musical de una familia, de un estilo musical, de un epitafio fundamental para entender una parte de la historia de la música estadounidense. Esta ilustre artista estaba relacionada directamente con la Carter Family y con Johnny Cash y eso significa tanto que no tenemos suficiente espacio para describir con palabras lo mucho que nos han dado esos nombres a lo largo de los años.
Si Johnny Cash se despedía con ese inigualable “American IV: The Man Comes Around”, o Rosanne Cash nos alegraba la vida con su nueva obra después de estar a punto de quedarse sin voz, la madre merecía una despedida como ésta. Desde el conmovedor texto introductorio de Rosanne Cash pasando por esa tierna imagen del matrimonio apoyándose el uno sobre el otro o las fotos de la grabación del disco, todo encontrará un lugar en nuestro corazón. Con las canciones, alegres y optimistas, en respuesta al lado tristón y embriagador de Johnny Cash en sus últimas obras, June Carter Cash se ha querido ir con una sonrisa de oreja a oreja, dejándonos con un sabor menos agrio a quienes la seguimos con devoción. Su voz rota, pero dulce y poderosa a la par, se crece con sus palabras y con la ayuda de los suyos, que le acompañaron en esta nostálgica grabación. Un documento histórico de country en estado puro.
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