Wild Flag

Sé que Don Disturbios –sabiamente- va a modificar mi puntuación del disco –cinco- por algo más mesurado, pero es importante recalcarlo: ésta es la clase de locura transitoria que produce el debut de Wild Flag, el nuevo grupo de Carrie Brownstein, Janet Weiss, Rebecca Cole y Mary Timony, todas ellas implicadas anteriormente en proyectos como Sleater-Kinney, Helium y Quasi. El treinta por ciento de la canciones de este disco hablan más o menos literalmente del gozo electrizante que supone tocar/escuchar música rock y el cien por cien transmite precisamente ese mismo gozo. Por mucho que disfrutes escuchando este disco –y si te gusta el indie rock, te va a poner la cabeza del revés-, ellas se lo están pasando mucho mejor que tú. Eso está claro. De las diez canciones de “Wild Flag”, al menos siete son himnos incontestables que van directos al corazón: “Romance”, “Boom”, “Glass Tambourine” (con su momento Queen incluido), “Short Version”, “Electric Band”, “Future Crimes” y “Racehorse”. Podría discutir sobre las otras tres, y probablemente las acabaría incluyendo, pero estas siete por sí solas son el mejor testimonio de lo que fue la música alternativa –de verdad- entre finales de los ochenta y principios de los noventa que he escuchado en mucho tiempo, y yo crecí escuchando esa música. Así que no voy a discutir más sobre el tema: “Wild Flag” disco del año y a joderse. Ahora, si me perdonáis, tengo que ir a tomarme mis pastillas.