Wild Beasts fueron capaces de definir su propia personalidad dentro de la escena británica, siendo ésta tremendamente sugestiva y adictiva gracias a las marcadas peculiaridades de su música. Un desarrollo artístico de tendencia vanguardista, que alcanzó su máxima expresión en discos tan jugosos e hipnóticos como “Two Dancers” (Domino, 09), “Smother” (Domino, 11) y “Present Tense” (Domino, 14). Un trío de ases que dio paso a “Boy King” (Domino, 16), error considerable en el que el grupo sacrificaba dosis importantes de ese talante particular para arrimarse a la moda del electro-pop con querencia por los 80, en lo que significó un trabajo alineado y tirando a prescindible.
Es difícil saber cuánto tuvo que ver esa nueva orientación en el desenlace del grupo sólo un año después del lanzamiento, pero el caso es que Wild Beasts anunciaron su separación el pasado mes de septiembre. En lugar de despedirse con recopilatorio al uso, los de Kendal dicen adiós publicado una certera grabación en directo, a modo de epílogo y también como sentido regalo para los fans. Bajo el revelador título de “Last Night All My Dreams Come True” (Domino, 18), la referencia presenta una actuación privada del grupo, acontecida al amparo de los míticos estudios londinenses RAK. Un documento ampliamente esclarecedor a la hora de apreciar las cualidades de sus autores, que a lo largo de la secuencia dibujan formas limpias, haciendo de la pulcritud una virtud no reñida con la inclusión de diferentes elementos enriquecedores colocados (eso sí) con extremo cuidado. El combo da especial protagonismo a una base rítmica precisa, sintetizadores embellecedores y el valor añadido que suponen los juegos de voces de Hayden Thorpe y Ben Little, uno agudo y el otro grave, ambos conquistadores.
Lo suyo es una modernidad comedida y casi etérea que domestica el post-punk del que bebe en origen, y que sólo en ocasiones puntuales se aventura hacia la épica. Y sin embargo resulta capaz de tejer pasajes tan descriptivos como los de “All The King’s Men”, “Hooting & Howling”, “2BU”, “Wanderlust”, “Bed Of Nails”, “A Simple Beautiful Truth” o “Celestial Creatures”, momentos destacados de entre un total de trece temas. El presente álbum supone un representativo repaso al legado del cuarteto, que deja cinco discos de estudio en una década de cerrera. Y también es el canto de cisne de una banda imaginativa, inquieta y elegante, de aparente aspecto frágil en contraste con la solidez y perfección estructural de sus propias composiciones.
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