No hace falta conocer al dedillo la obra de David Thomas para saber que su música no es como las demás. Está llena de aristas, la mayor parte de las veces es difícil de escuchar y es fácil que su voz acabe produciendo una rara irritación. Digo rara porque es de esas voces que ponen de los nervios pero que llaman al esfuerzo y a larga (y no tan larga) recompensan.
“Why I Hate Woman” es un disco de rock a la Pere Ubu, es decir: para nada es un disco de rock. Es literario (es un disco basado en una novela que Jim Thompson nunca escribió), fogoso y meditado. Nada suena exactamente como debería. El disco empieza como lo haría uno de Battles con sangre en las venas, pero enseguida suenan la guitarra y la voz de David Thomas y lo envía todo a freír espárragos para sonar a resaca mala y aliento insecticida.La segunda canción, “Babylonian Warehouse” es pura confusión a trancas y barrancas.
A partir de allí, todo el disco es amor sucio, desesperado y un poco crápula. Todo muy macho, como de sheriff ultra violento a quien no le gusta que peguen a las mujeres. Muy sentimental, vamos. Y encima tiene enormes canciones de rock pantanoso que apenas es rock como “Caroleen”, “Flames Over Nebraska”, “Mona” o la inenarrable “My Boyfriend’s Back”. Grande, claro.
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