W H O K I L L

Hay discos que transmiten un alborozo casi infantil por el mismo acto de hacer música, como si no hubiera nada más gozoso en el mundo que andar haciendo ruido con cualquier cacharro. Se supone que es así, ¿no?, que hacer pop debería ser siempre algo divertido, una vía de fuga respecto de todas esas mierdas aburridas que el moderno ser occidental suele fundir bajo el concepto vida adulta. Pero no siempre es tan evidente como en el caso de Merill Garbus, quien a base de loops de batería y toda clase de instrumentos -trompetas, saxos, ukelele, marimba y sintetizadores variados- consigue crear el equivalente musical a un recreo sin profesores a la vista. Saltándose todas las reglas, guiada sólo por un vitalismo desbordante, Garbus trenza r&b, jazz, soul, rap y pop como si mañana se acabara el mundo. Ahí reside el contagioso poder de cortes como “My Country”, “Powa” o “You Yes You”, en los que traza una tangente perfecta entre David Byrne, Solex y un rastro de instrumentos de segunda mano. tUnE-yArDs acaban de publicar la continuación perfecta de su encantador debut. Han dado un paso al frente. Empieza la fiesta.