Stiff

Hace un lustro daba la sensación de que el rock americano clásico, bañado en un ligero barniz de modernidad, pedía a gritos la atención de los medios: Ha Ha Tonka presentaba su esplendoroso "Death Of A Decade"; Blitzen Trapper su álbum más variado "American Goldwing"; Dr. Dog demostraban ser los más visionarios, indies y ratitos de la clase con "Be The Void"; The Felice Brothers apostaban hasta la camisa con su "Celebration Florida" para que la fortuna les diera de nuevo la espalda y White Denim entregaban “D” un cuarto álbum que les daba más notoriedad de la lograda hasta la fecha. Todas ellas eran en ese instante bandas con unos cuantos años de bagaje y mostraban por tanto una solidez a la par que madurez que las proyectaba en una especie de época dorada para el rock americano moderno. Sin embargo, el tiempo ha demostrado que estábamos en un punto de inflexión y el suflé no estaba horneado del todo, porque desde entonces no ha pasado casi nada en términos de relevancia pese a que la mayoría -no todos- han mantenido el mismo rumbo en términos de firmeza.

Puede que la gran totalidad del mundo no esté interesado en la actualidad en las sonoridades más clásicas, pero eso no va a impedir que nuestros protagonistas sigan editando desde Texas discos que alegrarán la vida a la pequeña aldea gala en la que nos hemos convertido sus seguidores. Decir a estas alturas que no inventan la rueda es una obviedad que cae por su propio peso, pero de lo que no cabe duda es que su forma artesanal de entender el “southern rock” (“Real Dead Momma”) con gotas de soul (“Ha Ha Ha (Years)”, evidentes toques hard (“Mirrored In Reverse”) y ese alma bluesy que lo impregna todo (“Im The One, Big Big Fun”) hace honor al legado de bandas como Bad Company, Grand Funk Railroad o Three Dog Night. Un legado que continua en buenas manos si bandas como White Denim van editando discos que no ofrecen fisuras, aunque les falte ese single bandera que los identifique con una canción de tinte universal que no llega. Puede que esa no sea su guerra, pero tener uno de esos temas de recopilatorio para moteros y camioneros siempre ayuda. Y sino que se lo pregunten a los hermanos Robinson o a ese portento del soul que es Leon Bridges con el que un par de los Denim han trabajado para dar forma a su primer y exitoso álbum. Sin ese tema estrella continuaran en ese limbo de las bandas artesanalmente sólidas que convencen, pero  no vencen.