12
DiscosWhite Denim

12

7 / 10
Don Disturbios — 16-01-2025
Empresa — Bella Union
Género — Indie pop

Siempre he admirado la capacidad de resilencia de algunas bandas y solistas que se mantienen en sus trece, año tras año, sin alterar su compromiso artístico, sabedores de antemano que eso que conocemos como éxito se les va a negar, porque su propuesta parte como minoritaria desde su ADN más intrínseco. A menudo me pregunto si las evidentes penurias económicas por las que atravesarán, no les harán plantearse en más de una ocasión arrojar la toalla. Imagino que sí. Pero también supongo que la gratificante sensación de hacer algo en lo que crees de veras, por encima de modas y campañas de marketing, debe compensar el mal sabor de boca de la precariedad. Una peligrosa trampa.

White Denim, y más en concreto su líder James Petralli, es una de esas propuestas dignas de admiración. Y lo es  precisamente por esa capacidad de mantenerse casi dos décadas en el candelero artístico sin hacer concesiones, mutando álbum tras álbum, y realizando aquello que les apetece hacer en el momento vital en el que se encuentran, sin pensar en la acogida que va a tener entre su base de fieles. Por eso sus discos son siempre una propuesta inesperada y por eso este “12” no es una excepción. Si en el pasado su música contenía un fuerte componente blues-rock con pinceladas de rock progresivo de aroma clásico, en este álbum han abierto la puertas para que el jazz, el funk o el pop enrevesado, psicodélico, a la par que luminoso, perviertan las composiciones del álbum con referentes que pueden ir de Steely Dann a Todd Rundgren o Wings, pasando por otros más actuales como Kelley Stoltz o Herman Düne.

“12” es uno de esos discos repletos de detalles y capas que precisa de escuchas para que poco a poco se vaya inoculando en tu interior y decidas no soltarlo, al menos durante un tiempo. Uno de esos discos menores que solo unos pocos sabrán apreciar en su justa medida. Canciones como la inicial “Light On” o “Your Future As God” con esos arpegios de corte jazzístico y sus cambios de estructura; las más pop y luminosas, como la divertida “Econolining” o la casi infantil “Flas Bare Ass”; las más funk como “Second Dimension” -digna del Stevie Wonder más setentero- las más siderales como “We Can Move Along” o incluso con vocación de himno como “Hand Out Giving”, hacen que te embarques en un viaje tan atemporal como agradable, que se desarrollará sin estridencias ni salidas de tono. Todo encaja en esta auténtica obra de orfebrería pop de aroma lisérgico a la que deberías darle una oportunidad aunque tu vida no vaya a cambiar por ello.

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