The White Stripes no necesitan, a estas alturas, presentación. Los medios británicos y norteamericanos se han encargado de que su nombre llegara a nuestro país mucho antes que su música y ahora de lo que se trata es de despejar dudas. Es difícil decir si el hype de los de Detroit era desproporcionado, seguramente sí –aunque no los hemos visto en directo y, dicen, esa es su gran baza- lo que sí es seguro es que los hermanos Jack y Meg White rompen esquemas con una propuesta que es tan revisionista como interesante.
Su garaje pop –por llamarlo de alguna forma- ejecutado sólo con guitarra y batería, no tiene en principio nada de nuevo. Lo que sí es nuevo son las canciones. Me explico: desde aquel “You´re Pretty Good Looking (For A Girl)” (“De Stijl”, 2000) ya vimos que las melodías no se les resisten precisamente. Uno tras otro, los cortes de “White Blood Cells” van desgranando líneas melódicas absolutamente memorables que suenan a todo y a The White Stripes a la vez. Cojan aire: con el folk se defienden a sus anchas en “Hotel Yorba” o la maravillosa “We´re Going To Be Friends”; en “I´m Finding It HarderTo Be A Gentleman” los riffs proto punk recuerdan al “Rid Of Me” de PJ Harvey; “Fell In Love With A Girl” es puro Ramones; el riff de “Expecting” tiende una mano a los primeros Black Sabbath; “The Union Forever”, “I Can´t Wait” recuerdan a los mejores arpegiados de Kurt Cobain; “I Think I Smell A Rat” es Kurt Weill, si hubiese vivido el 77... ¿seguimos?
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