Hubo un tiempo en el que uno se sentía orgulloso y especial luciendo una camiseta de Samiam, uno de aquellos grupos que supo dotar de personalidad propia al hardcore melódico tirando a emo. Sus tres primeros discos habían sentado las bases de una fórmula que había crecido como la espuma en los infaltables “Clumsy” y “You Are Freaking Me Out”, pero cuando todo parecía haberles convertido en caballo ganador las cosas se torcieron. Los problemas internos les afectaron sobremanera y “Astray” resultó ser un disco irregular y desesperanzador. Lástima que lo que podría ser un bache haya acabado gangrenando el esqueleto del grupo. Tras anunciar su separación, Samiam vuelven con un disco que no es una catástrofe, que no nos obligará a cambiar de acera cuando les veamos venir, pero sí que nos deja con la sensación de que todo está dicho en el universo de los estadounidenses. Han sabido madurar con cierta dignidad y firmar un disco más completo que “Astray”, sólo que sus mejores canciones quedan atrás y las que aquí encontramos deben contentarse con acomodarse como puedan en sus conciertos. No sé por qué demonios, pero su carrera me recuerda a la de Terry Gilliam: los baches han marcado su futuro.
Pues Trips su nuevo cd es un DISCAZO! de muertos NADA! VIVA SAMIAM!