What the Hell’s Wrong with Heaven?

Resulta llamativo que una banda tan establecida en el ambiente musical como es Mud Candies no haya publicado hasta ahora, tres años después del debutante EP homónimo, su primer disco largo. Un espacio de tiempo, ya sea buscado de forma premeditada o por circunstancias de la vida, que les ha otorgado la consistencia necesaria para adoptar un sonido plenamente identificativo. Y si nos referimos a ese particular registro, hay que hacerlo mencionando la desinhibida interpretación acústica de géneros con pedigrí estadounidense (country, hillbilly, bluegrass...) bajo una escenificación swing -mayormente sustentada en las cuerdas vocales de Xandra-, lo que otorga un sentido melódico a un contexto de naturaleza más ruda.

“What the Hell’s Wrong with Heaven?” se presenta por lo tanto como la imagen exacta que desprende el espejo en el que se mira el grupo actualmente, lo que habla de la culminación de un perfecto ensamblaje del formato cuarteto y la justa adecuación de una propuesta sujeta a una natural variedad de matices. Ya desde el mismo título queda plasmado ese juego de aparentes antagónicos, evidenciado por supuesto en la confluencia entre la voz masculina (Will) y femenina o por la propia idiosincrasia del concepto musical, que observa sin rubor a clásicos como Johnny Cash o Bill Monroe al igual que adopta una disposición más contemporánea ligada a Bob Wayne o .357 String Band. En resumen, un ejercicio que rehúsa a ser únicamente un “tour de force” en busca de su fórmula más expeditiva para optar por la acertada determinación de extenderse en matices y acentos.

Dicha maduración estilística toma su manifestación más significativa, por simbólica, en la reinterpretación que realizan de dos de sus temas pasados, cargados ahora de una mayor contundencia y nervio. Tanto “Ekaitz” como “Life Goes On” siguen contando con esa profundidad de la tradición pero agitándose más salvajes, desprendidos de cualquier cortapisa. Incidiendo en ese trote que caracteriza a la banda, “Let’s Turn This City Upside Down” representa la pieza más festiva mientras que “Pink Speed & Slow Food” se convierte en la fotografía más campestre y sureña.

Abriendo, y despuntando, todavía más esas constantes visitas a diferentes tonalidades, observaremos la cadencia swing impuesta con total claridad en “Skin & Bones”, fraseos que les acercan a la orilla del blues (“Momma’s Crown”) o el aroma pegadizo a cabaret que destila “Yellow Xylophone”. Y si “Horizon” resulta exquisita en ese modelo tan habitual en el género country de “enfrentamiento” entre voces, aquí con el acertado predominio nostálgico, el tema homónimo se adjudica una melodía cálida y preciosista que resume excelentemente la capacidad de Mud Candies -plasmada a lo largo del todo el álbum- para poner un pie en el cielo y otro en el infierno, a día de hoy su gran, y representativo, mérito.