De un tiempo a esta parte es más que curioso el giro mainstream que han
tomado los grupos más cool del momento dentro del pop independiente
anglosajón. Entiéndase eso de giro mainstream como la asimilación de la
herencia de grupos de radiofórmula de los setenta y ochenta que otrora eran
mal vistos en el mundillo indie. Vamos, nombres ahora recurrentes como
Fleetwood Mac, Simple Minds, The Cars, OMD o el colectivo Stock, Aitken &
Waterman, entre otros. Bandas como Girls, Destroyer, M83, Dominant Legs y,
claro está, Summer Camp, son la evidencia de que hoy por hoy, eso de los
prejuicios dentro del indie casi ha desaparecido. El dúo británico formado
por Jeremy Warmsley y Elizabeth Sankey, rizan el rizo, eso si, dentro de
esta corriente alumbrando un debut que es capaz de convertir en algo guay el
sonido de grupos que ya en su momento era considerados lo peor, con o sin
razón. Los guiños, por citar tres ejemplos, a Yello, Culture Club y Wang
Chung en "Welcome To Condale" son más que evidentes, y dejan claro que
Summer Camp son capaces de dar una pátina indie y cool al synth pop de alma
hortera, un género más que reivindicable digan lo que digan. Ahora bien, su
fascinación por los ochenta va más allá de lo simplemente musical, canciones
como "1988" y "Last American Virgin", esta última toma el nombre de un
clásico del cine teenager de la época, lo dejan claro. Dentro de su locus
amoenus ochentero, solo se permiten la licencia de mirar a los noventa al
titular a uno de sus temas "Brian Krakow", nombre de uno de los personajes
emblemáticos de la entrañable y grunge teen-com "My So-Called Life".
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.