Cuatro años en los que su repercusión ha sido tan escasa como en un principio cabía esperar de un grupo en búsqueda constante, pero sin demasiadas pretensiones, de la melodía perfecta. Pero si su anterior álbum, pese a contener algunas gemas melódicas, era por momentos algo desigual, aquí lo bordan. Su mejor disco de largo y con un inicio demoledor de auténtico pop-rock vitaminado en que no llegar a ser Weezer, porque gozan de más matices, pero dónde se les acercan mucho en, por ejemplo, "Stacy´s Mom". Y es precisamente a partir de esta canción cuando inician un repaso de lujo a través de diferentes texturas musicales. Las hay muy dulzonas como en “Hackensack” o “All Kinds Of Time” (incluso se acercan a Simon y Garfunkel en “Valley Winter Song”), pero también aceleradas y furiosas como “Little Red Light” o “Bought For A Song”. No se olvidan tampoco de aplicar sus melodías a la tradición, en unos casos country (como en “Hung Up On You”), y en otros al folk (“Hey Jule”) o incluso al folk psicodélico ("No Better Place“). Para finalizar también hay momentos para el romanticismo como en “Fire Island” o “Halley´s Waitress”, una canción por la que Jeff Lynne hubiera vendido su alma al diablo. Por si no ha quedado claro lo repito una vez más: lo bordan.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.