Atención. Dos discos seguidos de Weezer que molan. Algo que no pasaba desde su debut homónimo y el posterior “Pinkerton”; que ojo, vino seguido del orgiástico “Weezer” (su “Green Album”). Desde hace unos años Rivers Cuomo y compañía nos tenían acostumbrados a una de cal y a otra de arena -bueno, algo que no es del todo cierto porque en sus trabajos menos afortunados siempre hay dos o tres canciones que valen su peso en oro-, pero por fin se ha roto el paradigma. Un poco por debajo del “Everything Will Be Alright In The End” (lo mejor de Weezer desde el antes mencionado “Green Album”), este nuevo disco homónimo de los californianos, aka “White Album”, sigue la senda abierta por el anterior: el regreso al power pop de melodías ganadoras que practicaban en sus inicios.
Cuomo -que firma todas las canciones, algunas con ayuda puntual- deja claro desde un principio por dónde van a ir los tiros: la estupenda "California Kids" es un pepinazo old school y la composición más meta del lote, sin ser eso sí tan explícita como la pasada “Back To The Shack”. Lo que sigue tras ella es una sucesión de singles en potencia que confirma la segunda juventud creativa del grupo. Este “White Album”, una obra que retrata con humor, mala baba pero también con algo de inocencia, la vida en California, destaca por ofrecer algunas de las canciones más abiertamente pop de la banda norteamericana: los aires Joe Jackson en clave vitaminada de "Summer Elaine And Drunk Dori", la wilsionana "(Girl We Got A) Good Thing" y el himno feel better “Winds In Our Sail”.
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