Ojito con estos cuatro señores estadounidenses porque acaban de publicar uno de sus mejores discos en veinte, o puede que incluso veinticinco años. Y es que Weezer nos ha sorprendido editando finalmente un álbum que bebe habilidosamente del giro con el que Brian Wilson (The Beach Boys) o Paul McCartney (The Beatles) llevaron a sus formaciones hacia un nuevo estadio en la segunda mitad de los años sesenta. Según la propia banda inspirado en el álbum “Nilsson Sings Newman” (70) de Harry Nilsson, así como en la obra del pianista y compositor George Gershwin.
Durante las dos últimas décadas ha sido innegable que Rivers Cuomo y los suyos habían perdido una gran porción de la magia que les encumbró en sus primeros álbumes, exceptuando parte del acertado “Weezer [White Album]” (16) o algunos singles de aquí y de allá, sobre todo si tenemos en cuenta el fiasco que han supuesto sus últimos trabajos, tanto “Pacific Daydream” (17) como la dupla “Weezer [Teal Album]” (19) y “Weezer [Black Album]” (19); muestras tediosas de cómo una banda puede sonar genérica e impersonal hasta la saciedad. Pero, al fin llegó un adelanto esperanzador como resultó ser “All My Favourite Songs” y luego "OK Human" al completo (con un guiño a la obra maestra de Radiohead en su título); un trabajo rupturista que hace gala de un pop orquestal de fácil escucha, lleno de matices melódicos, instrumentos de cuerda, pianos y coros. Sus doce canciones se pasan volando e incluso dejan con ganas de más, en apenas una media hora que recuerda a la emocionante épica de Arcade Fire, al tono naif de Belle And Sebastian, a la delicadeza barroca de Sufjan Stevens, o al famoso himno de The Verve.
En este sentido, no hay que olvidar que este mismo año tendremos otra ración de Weezer en formato disco, el prometido pero retrasado “Van Weezer”, electrizante desde su portada e inspirado en las bandas de rock duro que les influyeron de jóvenes. Aunque los sencillos que han publicado previamente apuntan hacia un material bastante más manido; un pop rock alternativo al uso, enérgico, pero menos sorprendente que el presentado aquí. ¿Logrará el tracklist al completo estar a la altura? Veremos.
En cualquier caso, a Weezer no le ha sentado nada mal desprenderse de las guitarras eléctricas, distanciándose de una trayectoria que parecía agotada, cargada de discos sin ton ni son. Y es que “OK Human” es un soplo de aire fresco que nos ha devuelto la fe en la banda; un cancionero goloso, sumamente sólido, talentoso y disfrutable de principio a fin.
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