Desde “The Moon & Antarctica”, Modest Mouse han sido uno de los pilares del mejor rock independiente americano: una de esas bandas capaces de generar un discurso particular y a la vez tener un considerable éxito (algo que se les resiste en Europa), siempre apoyados en la personal poética de Isaac Brock.
En parte, los cambios de formación siempre le han ofrecido una coartada para el dinamismo y con el ex Smiths Johnny Marr en sus filas y la vuelta a la batería de Jeremiah Green, Modest Mouse han retomado su sonido donde lo dejaron en “Good News For People Who Love Bad News” (Epic/Sony, 04) para retorcerlo alegremente. En parte, vuelven a “The Moon & Antarctica”: estamos derrotados o directamente muertos pero ahora nos importa menos y lo celebramos más. Y en parte son de nuevo unos Modest Mouse reinventados. Brock suena críptico pero punzante. Marr se adapta al juego de los americanos y ellos juegan a lo que XTC y Talking Heads: un rock con carácter propio en el que el desenfreno rítmico y las habaneras barrocas se combinan perfectamente gracias a arreglos y estribillos fascinantes que a la tercera escucha hacen que hasta los momentos de deriva suenen a magia negra. “Dashboard”, “Florida” y “We’ve Got Everything” son irresistibles. Pero a la larga canciones como “Spitting Venom” o la evocadora “Missed The Boat” son las que dan la verdadera mesura de esta particular alegoría melviliana a cargo de Modest Mouse, unos auténticos lobos de mar que no necesitan brújula para encontrar el camino a puerto.
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