John Maus es tendencia, su nombre aparece citado con cierta frecuencia como referente para analizar la obra de otros artistas, esperamos con impaciencia este tercer disco a pesar de que su debut se coló de tapadillo en las tiendas vía Popstock! y el segundo ni siquiera tuvo distribución en nuestro país, y a muchos hasta nos frustró que obviase España en su reciente paso por Europa. Al margen de que la ley de la gravedad resulta especialmente implacable en el terreno de las tendencias -el de Austin tampoco se librará de ello- no es cuestión de poner la venda antes que la herida: la obra de Maus, por esquivo y orgullosamente lo-fi que se muestre, lleva pidiendo a gritos una mayor atención mediática de la que ha recibido desde que “Songs” vio la luz en 2006. El advenimiento de la etiqueta hipnagógica y el ascenso a los altares de su amigo y antiguo colaborador Ariel Pink, propician que ese momento finalmente haya llegado. Y eso a pesar de que “We Must…” apenas deja entrever evolución alguna respecto a trabajos precedentes: si acaso aparcada la urgencia y más encorsetado en el formato canción, sigue aferrado a ese techno-pop cavernoso y algo estrámbótico, a una voz de barítono burlón que demuestra una extraña habilidad para emocionar en los medios tiempos, en canciones como “Hey Moon” o el fenomenal primer single “Believer”, a la altura o hasta un poco por encima de sus mejores piezas hasta la fecha. Confortable en su papel de minúscula luz en un mundo dominado por las sombras...
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