Buen punk-rock de toda la vida, del que no pasa de moda (o más bien las modas pasan de el), eso es lo que ofrecen The Pink Elephants en un debut que engancha ya desde la fantástica portada de Marcos Cabrera. Estos barceloneses llevan tocando desde 2008 pero no ha sido hasta ahora que podemos disfrutar de su acelerada y macarra concepción de una música que prima siempre la expresividad por encima de las florituras, algo que le va como anillo al dedo a la garra e inmediatez de “Backside Of Nowhere”, “I'm Too Alive”, “Say Goodbye” o “Plastic Badges”, sin olvidar aquellos vehículos de las más mordaces críticas que son “My City”, “Copycat Rockers” o la propia “We Hate You”, ejercicio de gallardía en el que, literalmente, no se salva nadie, y que constituye una de las más puras canciones punk en contenido que se hayan podido escuchar últimamente por estos lares. Por muy pesimistas que sean, a tenor de sus letras y la necesidad de desahogarse que parecen tener, y sobre todo porque el mundo siga siendo el principal culpable de que siga existiendo el punk, lo que deben estar The Pink Elephants es, sobre todo, orgullosos.
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