We Are Him

Adiós al folk mortuorio de sus primeras entregas.

Con el split que ligaba a su principal proyecto de los últimos años con Akron/Family, Michael Gira descubrió que la “mejor banda de rock del mundo” -Gira dixit. No seré yo quien le lleve la contraria- no sólo funciona a todo vapor cuando publican discos por su cuenta, sino que también podían convertirse en lo más parecido a una banda con la que Gira ha contado desde los ya lejanos tiempos de Swans. Lo que redunda en un sonido más eléctrico y, sobre todo, mucho más elaborado de lo que Angels Of Light nos tiene acostumbrados. ¿Ejemplos? “My Brother’s Man”, “We Are Him” o la inaugural “Black River Song” le sacan los colores al Cave de Grinderman, en una precisa y demoledora apropiación de los estándares del blues, tan limpia en su ejecución como sanguinolienta de espíritu: como aquella famosa frase de Mohamed Ali, “flota como una mariposa, pica como una avispa”. En el otro lado, los citados Akron/Family y una nómina importante de invitados (Larkin Grimm, Julia Kent, Bill Rieflin) arreglan composiciones que en un pasado no muy lejano habrían quedado en esqueletos de piano y/o guitarra acústica, con detalles que conducen la música de Gira hacia la psicodelia, en un giro sorprendente y por momentos hasta colorista para el que es uno de los grandes príncipes de las tinieblas del mundo del rock.