La perseverancia y claridad de ideas mostradas por los gallegos Holywater a lo largo de toda su carrera han sido cualidades continuamente merecedoras de elogios. Del cuarteto puede (y debe) esperarse siempre una convincente dosis deudora de ese indie americano de guitarras ásperas y conjuntos tupidos que abarca desde Superchunk o Sunny Day Real Estate hasta Screaming Trees. Y es precisamente esa respetable obsesión la que, a lo largo del quinto álbum del combo, se torna parcialmente en su contra. Las férreas convicciones artísticas de la banda limitan el alcance y efectividad de unas canciones tan correctas en forma y ejecución como con frecuencia intrascendentes, máxime cuando la inspiración sufre cierto bajón compositivo respecto a entregas previas. La honestidad del grupo continúa presente y su agradecida autenticidad resulta palpable pero, como ellos mismos han demostrado con anterioridad, saben hacerlo mejor.
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