Cuando Walls saltó a la escena musical nacional, nadie podría presagiar que este sería su álbum debut. Acostumbrados a verle en las batallas de los gallos todavía choca ver este cambio radical que ha acabado de consagrarse en “Los niños del parque” (Warner, 22).
Presenta diez canciones en las que abraza totalmente el sonido de la nueva ola del pop, pero utilizando ese lenguaje tan directo que le ha otorgado su experiencia en el freestyle. Todas ellas cuentan con la producción de Pablo Rouss, (Belén Aguilera, Lola Índigo) que les aporta ese sello personal del nuevo pop español. Lo que ha hecho el artista murciano es recoger todas sus barras llenas de mensajes reivindicativos, de amor-desamor y de crecimiento personal y las ha rodeado de unas estructuras a medio camino entre el pop y el rock.
Eso es algo que descubrimos nada más empezar el disco con r la clara definición de su nuevo estilo. Y ese es el sonido que domina casi toda la referencia, teniendo como gran hit “Malos hábitos” que, desde la primera escucha, se te queda clavada en la mente. Aunque incluye temas en los que se atreve a domar ese guitarreo tan frenético, pasándose a un casi acústico, como en “Podría estar peor :(” que, sorprendentemente, logra posicionarse como uno de los mejores del trabajo.
Este cambio de rumbo de 180 grados que ha realizado en su carrera también se materializa en las colaboraciones del disco. Podrían haber sido protagonizadas por sus antiguos compañeros de las batallas, pero, todo lo contrario, ha optado por unirse con Hens, Alba Reche y Soge Culebra -referentes de una música más mainstream - en “Tan vacío”, “Mi nave” y “Todo mal” respectivamente. Tres temas que no hacen más que elevar el nivel del LP y en las que se mueve entre el pop, la electrónica y el lo-fi sin problema.
Pero, este álbum esconde una gran historia debajo de esas estructuras poperas. La historia de Ginés, un rapero que canta, o un cantante que rapea, al que le ha costado años encontrar su hueco, pero que no lo podría haber hecho sin sus amigos, lo que se materializa en “Los niños del parque” su gran golpe final. La consagración de un recorrido lleno de obstáculos que, gracias a sus niños del parque, ha sabido redirigir y no abandonarlo por el camino.
Y es que lo mejor que tiene Walls es su sinceridad que se puede ver plasmada en sus letras - y las experiencias que él mismo cuenta - y sus ganas de seguir creciendo dentro del mundo de la música. Ahora le tocará presentar estos diez temas en sus conciertos y consagrarse como lo que es, una de las nuevas promesas del nuevo pop español. Sin duda el primer disco del artista murciano se ha hecho esperar, ha sido un viaje muy largo y de constantes cambios, pero el resultado merece totalmente la pena y ahora nos toca disfrutarlo.
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