Wallows acaban de publicar su tercer disco “Model” (Atlantic Records, 24), un álbum hecho a medida para todas esas personas que lo sobrepensamos todo y que vivimos ancladas al pasado. El trío estadounidense, formado por Dylan Milannette, Cole Preston y Braeden Lemasters, ha sabido exprimirle jugo a una etapa sonora más madura y con muchas más capas de profundidad, tanto a nivel de producción como de destreza lírica.
Si bien los angelinos han sabido redefinir la fórmula de su éxito en sus dos anteriores trabajos de estudio, “Tell me that it’s over” (22) y en su debut “Nothing Happens” (19), este nuevo proyecto se ha coronado como la obra más compleja y cuidada que han publicado hasta la fecha. Ya desde principios de año nos avanzaron cuál sería la vibra de “Model” con el single que abre el disco y que le da sentido a la portada, “Your Apartment”, una canción cargada de guitarras, cuya presencia se va estirando con fuerza a lo largo del tema, y las cuales van acompañadas de una percusión agresiva que casa con la ira que proyecta Dylan Milannette progresivamente.
Otro de los singles que terminó por convencer a los seguidores de Wallows, y que rápidamente se convirtió en el fan favourite de todos, fue “Calling After Me”, una canción más desenfadada y cercana al sonido noventero del indie rock, con sintetizadores y una línea de guitarra que convierte el estribillo en una melodía pegadiza, bailable y imposible de olvidar y de no tararear mientras la escuchas. Sin embargo, tras hacer una escucha inicial, los temas “Anytime, Always”, con su estribillo coreable, y “Don’t you think it's strange?, en el que destaca la voz de Lemasters, le quitan el podio al single y se convierten sin duda en las mejores piezas que la banda concibe en el álbum.
“Model” se presenta en una envoltura melancólica y nostálgica, con una atmósfera sonora cargada de guitarras chillonas y desgarradoras, que terminan por amplificar esa vibra de tristeza; aunque las primeras canciones que abren el disco sean más brillantes, lo que da la sensación de que a medida que escuchas el disco, un sabor agridulce se va adueñando de las melodías. Uno de los puntos fuertes del disco es la forma en la que cierran el tracklist con “Only Ecstasy”, ya considerado como un himno más que como una canción más, con un claro sonido de epicidad, digno de ser el tema de cierre de alguna rom com de los noventa en la que los protagonistas tienen su final feliz.
Wallows han apostado, y han acertado de lleno al trabajar con John Congleton como productor del disco, figura con la que ya habían trabajado en el pasado y quien además ha producido para otros artistas como girl in red, St. Vincent o Clairo. Su aportación se refleja en esta tercera entrega de la banda, que ha conseguido por todos los medios convencer con esta propuesta más reflexiva, dónde las narrativas te tocan de lleno gracias al sentimiento que Minnette pone en su interpretación, regalandonos de nuevo un disco con temas pegadizos y emotivos.
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