Veo claro que para este segundo trabajo, los raritos Clinic se han esforzado en dar con un diseño de sonido que les cohesione para definirse. Ya se sabe: individualizarse o arrastrar el escollo de ser pelotón y carne de público más aficionado a fotocopiar portadas en color que a las cubetas de compactos. Pues han conseguido tal cohesión y, de propina, que les note precisamente encorsetados en un diseño actual para un maniquí muy nuevaolero, en el sentido clásico del término. No atino a ver si lo que pretenden es manipular cierta herencia art-rock -en cuyo caso estarían consiguiendo lo que un Perry Farell hoy día- o acogerse al rebufo de las divagaciones de Radiohead y demás tibiezas.
El caso es que “Walking With Thee” no llega (por muy poco) a sonar sabiondo y por eso da menos rabia y favorece la indiferencia. Una de cal y otra de arena para un trabajo que tiene sus momentos (en el tema que titula el disco parecen Pixies versionando de nuevo a los hermanos Reid hoy. O sea, más enquilosados), pero cuyas canciones deberían mendigar para subsistir sin esta producción a ratos imaginativa. Solo a ratos, porque hay otros difíciles de salvar: el oscurantismo ambiental de “Mr. Moonlight” podría ser un cameo del mismísimo Mike Oldfield, y eso en el mejor tema del disco.
A partir de aquí, cierta sensación de estar escuchando a unos Depeche Mode de segunda jugando a ser hijos modernis de Pere Ubu, el abuso de la melódica para un fin siempre idéntico, una monocordia de decorado y un cantante que logra crisparme tanto como lo hacía el Sr. Farell, apoyan mi impresión de que golpeo cartón piedra o de que alguien se aventuró demasiado al sugerirme a mi esta reseña.
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