Turboviolencia
DiscosVvv [Trippin'you]

Turboviolencia

8 / 10
Mireia Barato Moreno — 10-12-2021
Empresa — Helsinkipro
Género — Electrónica

Dicen que la vida es cíclica. También que está hecha de contrarios. Y menos mal, porque sino no podríamos disfrutar de lo que acaban de hacer VVV (Trippin’ You) en “Turboviolencia” (21).

Tan solo escuchar un retazo de algo que empiece por pan- y termine por -demia es algo que, a estas alturas, nos repele. VVV (Trippin’ You) lo corroboran con su tercer álbum. “Turboviolencia” huye de la catarsis que han sido estos –de momento– dos años, para ofrecernos una mucho más intensa: la de la vida misma. Aunque como la luna, en este álbum no nos enseñan la parte más bonita y reluciente, la que podemos ver a simple vista, sino la más oscura y oculta. Una en la que decadencia se da la mano con un sistema frenético y cruel que nos conduce a la ruina y al individualismo.

Tampoco es un álbum con intención conceptual, pero sin quererlo “Turboviolencia” desprende crítica al capitalismo (y todo lo que este sistema conlleva) por un tubo. Aunque eso quizá tiene algo más que ver con la esencia del trío neo-bakala que con el álbum en sí. Pero lo que sí es –y mucho– este larga duración, es una oda al amor en tiempos de odio. Un grito a la pausa en la canción en bucle y en constante reproducción que es la vida. Y no hay nada más lícito ahora mismo que odiar para defender al amor, destruir para construir lo que nos quieren arrebatar. “La revolución no va a ser televisada. Viene en billetes y somos tú y yo” auguran en “Nadie Es Leal”, la primera canción del álbum. Y a partir de aquí, “Turboviolencia” se construye entorno a la envergadura del amor en un sistema que nos hace creer que es lo más banal del mundo y que lo más importante viene imprimido en un papel rectangular y en colores verde, ocre o azul.

Desde sus inicios, los madrileños han rendido culto (y siguen haciéndolo) al frío, a los parkings y al ruido, pero también al zapatilleo al que nos conduce su música. Con sonoridades que nos trasladan a un Pont Aeri remodelado en el que conviven géneros como el hardcore, el drum&bass o el poky, “Turboviolencia” es una noche de rave en toda regla. Una rave en la que hay tiempo para todo: para el subidón del inicio de la fiesta con “Hiedra Verde”, “Matar el Tiempo” o “Odiar Frontal”. Para el momento de disociación y reflexión con “Algo Que Explotar” o “Crisis Existencial”. Pero también para la bajona del final de la noche con “Monstruo”, “Lluvias de Marzo” o “Amianto”. Etapas decadentes causadas por el alcohol y las drogas. El cierre del álbum no podría ser otro que “Bosque Infinito”, un mix de todo lo anterior, de lo más frenético y excitado con lo más meditabundo e introspectivo que es el amor y la soledad, una cosa que nos puede llevar a la otra, y viceversa.

Este tercer trabajo de estudio de VVV (Trippin’ You) deambula entre dos mundos. Uno añejo que habita en la cultura del bakalao y uno contemporáneo en el que el hastío generacional y taciturnidad siguen afincados en nuestro día a día hasta absorbernos de la forma más inhumana posible. Pero tal y como ellos mismos afirmaron en su momento, “tampoco mola transmitir desesperanza del todo, aunque puedas transmitir oscuridad mola dar retazos de luz”. Y “Turboviolencia” también tiene bastante de ese sol entre las nubes.

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