¿Los The Flaming Lips patrios? ¿Los Calamaro de Ses Illes? Ambas cosas podrían ser aplicables ahora a la banda mallorquina, tanto por la marcianada de editar la riada de temas que forman “Vostè és aquí” como por lo de contracorriente que tiene publicar cuarenta canciones teniendo en cuenta los patrones de consumo actuales, tan solo año y medio después del aclamado “Lamparetes”. Incluso le viene a uno a la memoria, salvando las distancias de géneros y épocas, aquel “Autobiografía” de Duncan Dhu, en su caso con treinta cortes. Afirmaron los vascos por entonces que su propósito no había sido otro que desnudar las melodías de las canciones, buscar la esencia de cada tema, despojándola de interludios, solos y paja musical, para quedarnos simplemente con la idea primigenia que había ofrecido a la inspiración la forma de canción. No parece alejado de las intenciones que habrán tenido Antònia Font a la hora de decidir crear y publicar este novedoso trabajo: cuarenta temas cuya media de duración no sobrepasa el minuto y medio. Dentro abundan las perlas –aquí concentradas- de costumbrismo mágico al que nos tienen habituados (“Per jo i tots es ciclistes”, “N’Angelina”…), pero también hay espacio para derivas instrumentales (“Vostè és aquí”, “Fanfàrria”, “Los devoró la selva”…) y ejercicios más experimentales, cambios de idioma incluidos (“Nous Patrons Pour la France”, “Leyenda negra”…). No es la primera vez que Antònia Font sorprenden en sus decisiones. Ya lo hicieron tras “Alegria” editando “Taxi”, un ambicioso álbum conceptual; ahora vuelven a provocar arqueos de cejas con un nuevo movimiento arriesgado y seguro que para muchos innecesario, pero que vuelve a reivindicarles no solo como una de las bandas con mejor discurso y emotividad musical de nuestro país, también como una de las más creativas, incómodas e incisivas.
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