Vivir para contarlo

Ya lo dice Kase O en una de las rimas, “¿pero tú tienes un sello o una empresa de pasteles?. Incluye una calcamonía guapa al menos con el disco, ¿quieres?”. Ellos lo hacen, su segundo regalo es un DVD de lo más completo acompañando al CD. El primer regalo son catorce lecciones magistrales de rap, imposibles de encontrar en un curso a distancia. Aplíquense aprendices de MC, los profesores están bastante cabreados con ustedes.

“Filosofía y letras” abre el curso. R de Rumba engancha la pizarra en la que los tres MC’s escriben las primeras presentaciones, recordando que lo suyo era una excedencia para dedicarse a dar clase por los escenarios de todo el estado, nada de jubilación anticipada. Los maestros del hardcore en castellano continúan, sin cortarse un pelo, poniendo las cosas en su sitio, y aunque no les hace falta, lo hacen con ayuda de docentes de otras universidades. Hazhe, Rebel, Suizo y Jota Mayúzcula aportan su sapiencia en “Información planta calle”, “Resistencia arrogante”, "No somos ciegos” y “Dale tiempo al rumor”. Jazz, funk, hardcore, guiños a Eskorbuto o Rosendo, bofetadas a “Gran Hermano”, Ramoncín o la Expo 98, competición, penumbra, alergia a militares, mediocres y políticos.

Un disco que es el libro de estilo de una escuela creada por estos zaragozanos, certero, sin falsos adornos, pura droga sin cortar. Un disco que alberga momentos insuperables en piezas como “Nada más”, donde la distorsión en las voces acerca al oyente a la banda como si de un directo se tratara. No busquen innovación: es un nuevo trabajo de Violadores del Verso, lo que entregan tras cinco años es la bóveda perfecta para la catedral del rap que han construido piedra a piedra.