Aquí en el Infinito
DiscosViven

Aquí en el Infinito

7 / 10
Luis Benavides — 01-12-2023
Empresa — Discos El colmado
Género — Rock

Los barceloneses Viven siguen vivos, más vivos que nunca, cinco años después de su última entrega. La banda fundada por los hermanos Rubén y Eloi Martínez tras la disolución de su anterior grupo, The Black Rose Road, cierra ahora su primera trilogía con el presente “Aquí en el Infinito”.

El disco arranca de maravilla con la juguetona “El Rey Esqueleto”, una pieza con una base rítmica machacona y ecos al “Feel Good Hit of the Summer” de Queens of the Stone Age, y la belleza poderosa de “Blanco”, una pieza adictiva con una exhibición de técnica por todo el mástil digna de los mejores Baroness.

“Grande la Cruz”, con Kantz (Habitar la Mar, Tenpel) como artista invitado, y un medio tiempo que sobrecoge como “La Calma” conforman una primera parte impecable con un puñado de frases y metáforas que nos remiten a sus dos anteriores referencias.

En este punto merece la pena recordar que su largo debut, “El solitario” (autoeditado, 14), Viven nos ofrecía una obra conceptual que giraba en torno al líder de una tribu india norteamericana masacrada que atravesaba el desierto para buscar venganza; y en su segundo trabajo, “Las tripas y el lodo” (Pundonor/The braves, 18), la banda entregó otro álbum en el que un protagonista de otra época narraba en primera persona su lucha con numerosas referencias metafóricas que transmitían pasión y esperanza.

En el presente “Aquí en el Infinito” no existe un único narrador, una historia que sirva de hilo conductor, pero los nueve cortes incluidos en este nuevo largo profundizan en los conceptos trabajados en esos dos trabajos previos. “Ambición, desolación, destrucción”, enumera la propia banda, que en esta ocasión grabó a caballo entre los estudios Ultramarinos Costa Brava y Maracas Estudio.

En la segunda parte del disco destaca el corte que da título al disco, un viaje de ocho minutos de duración propulsado por un ritmo trepidante que culmina en una cumbre de sintetizadores y pianos. “Abrazado a este lugar maldito, sentado aquí a esperar al pie del infinito”, cantan en este quinto corte, acaso el más ambicioso del disco.

La banda que completan actualmente Carlos Aranda y Dani Soler, al bajo y guitarra respectivamente, reserva para el final las piezas más disruptivas de su discografía (pienso en el final con vocoder de “El Palmar” y la parte bailable de “Era Pasividad”) sin escatimar riffs poderosos marca de la casa (“Realidades Paralelas” y “Hora Supernova”, esta última con el aporte vocal de Alain Martinez de Qverno).

Con este nuevo trabajo, los miembros de Viven no solo cierran una trilogía muy sólida. La banda del Maresme muestra en esta excelente tercera entrega un potencial que antes solo podíamos intuir. Parafraseando una de mis letras favoritas del disco, esta cima es solo un punto de partida.

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