Las líneas maestras de Viva Suecia se trazaron hace un par de años con la publicación de La fuerza mayor y la herencia Neuman aún en todo lo alto. Un álbum que fue, en realidad, la suma de dos epés. El primero de ellos, de título homónimo y editado por Clifford Records, ya contenía la excelente "Los años". Más que suficiente para llamar la atención de crítica y público. También del sello Subterfuge, por supuesto, que editaría todo el material del grupo a partir de entonces.
Ahora, en "Otros principios fundamentales", los murcianos han dejado de ser pupilos aventajados y suben la apuesta sin temblarles el pulso: con el buen hacer de Carlos Hernández (productor del aclamado último disco de Triángulo de Amor Bizarro, de La Habitación Roja, Los Planetas o de Lori Meyers, entre otros muchos) a los mandos. El resultado está claro: han conseguido un sonido propio, reconocible y característico. Todo esto, sin renunciar a sus referentes; el pop, el noise, el post-rock, las bandas escandinavas (desde The Soundtrack Of Our Lives a Sigur Rós) o la influencia de Los Planetas (óigase esa mezcla de amor y ruido llamada "La estrella de David") siguen estando presentes.
Canciones como "Que esto funcione", "Hemos ganado tiempo" o "A dónde ir", primer avance del disco, son más que resultonas. Con una fórmula que no es nueva, pero sí cada vez más identificable en la banda: esa combinación de guitarras, atmósferas y melodía, con la voz de Rafa Val unificándolo todo. Pero faltaba un pelotazo, de esos que mueven cimientos. Y no es otro que "El nudo y la esperanza", un corte que está un escalón más alto que todos los demás y que les está abriendo las puertas al éxito de masas. Algo así como el nuevo "Bien por ti", aunque más definido y macerado, con esa particular letra de corte existencial marca de la casa. Bien por ellos, bien por Viva Suecia.
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