15 años hace ya de aquel “Poney”, un EP con el que nos despeinamos y cerramos más de una noche antológica. Pascal Arbez-Nicolas venía para que-darse y para brillar en el firmamento de la electrónica gala, dominando con soltura la maravillosa técnica de modular la melodía y la energía a partes iguales. “Voyager” es el nombre de su último trabajo desde aquel “Rave Age” bien agarrado a la pista de baile, sin embargo ahora su discurso ha cambiado bastante, haciendo alusión a su título y proponiéndonos un viaje entre constelaciones y galaxias.
Vitalic rinde homenaje al cosmic disco de los ochenta, sumergiéndonos entre sintetizadores, coros angelicales como el de “Hans Is Driving” junto a la mismísima Miss Kittin y sonidos deudores del space rock y el down tempo como en “Eternety”. Este disco bien podría ser un hijo bastardo entre Giorgio Moroder y Air y también puede recordarnos al último giro que dieron Daft Punk con su “Random access Memories”, sin embargo Vitalic salva con maestría las comparaciones y se trae un poco de cera de la de siempre para nostálgicos como en “Levitation” con sus inconfundi-bles voces robóticas, “Lightspeed” o “Nozomi”. El single adelanto “Waiting for the stars” con la colaboración de David Shaw, podría situarse en el punto medio de este trabajo que también cuenta con la colaboración de Mark Kerr en el single “Use it or loose it”.
El resultado final de todo este combinado es un disco en el que el francés juega a placer con lo que mejor sabe hacer, permitiéndose explorar nuevos horizontes que salten más allá de la pista de baile, Vitalic sigue siendo ese psicólogo de la fiesta que sabe soltar los beats en el momento oportuno y además encandilar con un discurso coherente y bien hilado. La experiencia siempre fue un grado.
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