El dúo estadounidense formado por Meric Long y Logan Kroeber entrega con “Visiter” otro retorcido cancionero que plasma su filiación con el weird folk.
Los de San Francisco juguetean con acústicas melodías, con ese rasgado que les emparenta con los viejos trobadores, aliñadas por cacharrería eléctrica, coros femeninos, y percusiones mutables que hacen de su segundo largo, el relevo de “Beware Of The Maniacs”, un inquietante ejercicio de pop sin restricciones. Mención aparte para los juegos vocales de los protagonistas que mantienen un tenso diálogo balanceándose en los extremos; por momentos susurrante y en otros desgañitado y turbulento. Apenas hay en todo el álbum momentos para acomodarse en los lugares comunes del pop de toda la vida, de eso se encargan los desconcertantes ritmos tribales de Kroeber (el encargado de la percusión en todo el trayecto), así como los airados ejercicios de psicodelia brumosa que inyecta el dúo en la mayoría del conjunto. Ese contrapunto entre la melodía ensoñadora y los elementos ruidistas es el principal activo en temas tan inspirados como la vaporosa ´”Fools”, la risueña “Walking” o la otoñal ´Ashley´, tres de las mejores piezas del lote.
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