Señores del rock y señores del pop, ya saben ustedes el aprecio que les tengo por distintos motivos, pero no estaría mal que vayan espabilando. Más que nada porque quienes están firmando discos más complejos en primera división ahora mismo son aquellos raperos a quienes quizás un día no se tomaron demasiado en serio. Se me ocurren muchos ejemplos, pero es que durante los últimos dos o tres años esto es ya un escándalo. Hay más creatividad en “Summertime ‘06” que en buena parte de los discos de guitarras que andan por ahí causando cierto revuelo. Queda mal decirlo, pero es lo que hay. Creatividad en un doble disco conceptual, denso por momentos, pero cuyo desarrollo acaba por atrapar irremediablemente. Y es que las bases de percusiones casi industriales que firman Clams Casino, No I.D., Brian Kidd y otros alcanzan momentos de una oscuridad intensa (un cruce entre los minutos más góticos de Tyler The Creator o al Tricky más dark) que encajan a la perfección con el registro de Staples (sirva ya como ejemplo “Lift Me Up”, con la que se abre el disco, o “Street Punks”), quien sale francamente victorioso al dar forma a este trabajo distribuido en dos discos de media hora aproximada cada uno.
Al californiano Vince Staples quizás le conozcan por sus mixtapes en descarga gratuita (“Shyne Coldchain”), su colaboración con Mac Miller (“Stolen Youth”, también en descarga libre), por sus apariciones del año pasado en piezas de Earl Sweatshirt Common o Dilated Peoples, por su arrollador Ep “Hell Can Wait” o incluso –los más curtidos en materia rap- por formar parte del grupo Cutthroat Boyz, tanto da.
Ahora que ya les ha entrado “To Pimp A Butterfly” tras muchas escuchas, dénle una oportunidad a Vince Staples, quien firma un trabajo de corte distinto, pero resultados igualmente brillantes, al disco de Kendrick Lamar. Si quieren empiecen por ese intenso single, “Señorita”, cuyo estribillo samplea el “Covered N Money” de Future, y díganme que no merece la pena. Lo importante aquí es que no deben dejar pasar “Summertime ‘06”, sin lugar a dudas uno de esos discos en los que merece la pena sumergirse.
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