Un puño amable
DiscosVictorias

Un puño amable

7 / 10
Sergio Ariza — 05-12-2022
Empresa — Lunar Discos
Género — indie español

En los tres años que han pasado desde la publicación de su primer disco, “Grandes éxitos, mejores descartes”, han pasado bastantes cosas, la banda se ha cambiado el nombre de Victoria Ford a Victorias, les han remezclado ese disco gente como Nacho Canut y hemos pasado por una pandemia mundial. Esto último no se nota mucho en este “Un puño amable” con el que vuelven, pues ahora suenan más luminosos y menos sombríos, con más sintetizadores y menos guitarras, como si hubieran dejado de escuchar a The National y se hubieran metido en vena los primeros discos de The Killers.

Este segundo trabajo apuesta claramente por los estribillos para corear con el puño en alto, un intento de golpear melódicamente al oyente y que se quede tarareando desde la primera escucho, parte de ese brillo viene de la producción de Guille Mostaza, responsable también de los últimos trabajos de Varry Brava y Miss Caffeína. No lo dudan un segundo desde el comienzo con "Abren las casetas": "Nos merecemos un final rotundo y épico, un do de pecho colosal, notar el vértigo". Toda la canción está construida para llegar a ese estribillo, aun así se quedan un poco cortos, pero esa épica sí que llega con "Sevilla", la segunda canción y primer adelanto del disco, guitarras aceleradas y un estribillo, esta vez, sí totalmente redondo.

"Te quiero en vasco" tiene un punto primeros Planetas, mientras que la reinterpretación de "Vida loca" de Pancho Céspedes, llevándosela a su terreno ya es algo que habían hecho antes con el "Amor de hombre" de Mocedades, así que parece que los guiños a la música ligera, que diría Soda Estéreo, son algo que reivindican sin complejos. Desde luego comparten ese gusto por los estribillos que se quedan pegados y cierta propensión a la sacarina: No es solo con los nuestros también reivindican a Phil Collins con "Fin de fiesta", la única balada del disco, que creo que desentona un poco con el resto del disco, mucho más movido.

Y es que lo que mejor se les da se demuestra con el dúo final de canciones del disco, “El truco” y “Ryan Ghosting”, que puede que sean mis dos favoritas, la primera es, sin duda, su estribillo más perfecto, mientras que la segunda es un punk pop contagioso y un poco gamberro que está más cerca del corazón de un disco irregular pero muy divertido.

 

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