Que la tercera década del nuevo milenio ha arrancado de forma gozosa e ilusionante queda refrendado en los nuevos trabajos de Roldán y María José Llergo, pero también en retornos triunfantes como los de Single y Víctor Coyote. Respecto a este último, basta con decir que “Las comarcales” es su disco más redondo desde aquel vibrante “Mujer y sentimiento” (1985), con el que alcanzó una cima que, tras tantos años después, resultaba casi una utopía pensar que podía volver a escalar. Sin embargo, el de Tui se ha marcado todo un festín de cumbias arrabaleras y blues marineros sencillamente irresistible. No hay socavones en la inspiración irradiada a lo largo de la docena de cortes que marca este nuevo viaje en barco por latitudes muy bien conocidas por el sabio gallego, y que solo él es capaz de trasladar a ese punto de costumbrismo desgarbado tan peculiar. Solo así pueden aflorar brotes fronterizos como “Sentimiento barato” o títulos tan representativos como “Cumbia de milagro”.
Como si Tom Waits hubiera mutado en Ry Cooder atlántico, el cancionero aquí armado responde a una voluntad subyacente por rescatar folclores de arraigo insular. Lo regional es lo más universal, y Víctor cabalga a lomos de esta certeza por medio de matrimonios macerados a base de imposibles. Uno es la cadencia bachata de la prosa carveriana y otro su voluntad por hacernos creer en calipsos ejecutados por una versión tabernaria de The Specials. Músicas libres de regusto transoceánico y canalla, como siempre, para las que Víctor Coyote ha esculpido una oda a su voluntad inquebrantable por forjar una Pangea folclórica sin fronteras.
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