Casi tierra
DiscosVicente Navarro

Casi tierra

9 / 10
Pablo Tocino — 25-02-2020
Empresa — El Tragaluz
Género — Folk

Lo de Vicente Navarro ha sido una de las grandes sorpresas del pasado 2019. El madrileño llevaba varios años preparando un disco que por fin vio la luz hace unos meses editado por El Tragaluz y ayudado por un proceso de crowfunding en el que participaron sus (por entonces pocos) seguidores. Una base de fans que se ha venido multiplicando cada vez más, y que todo indica que terminará de explotar durante este 2020. Pero, ¿qué tienen Navarro y su “Casi tierra” que han conseguido colarse en tantos tops del año sin ninguno de los “sellos de moda” detrás?

La inicial “En el río” –para quien esto escribe, la mayor joya del disco– lleva ya más de 100.000 reproducciones en Spotify y nos puede servir para responder a esta pregunta. Porque es curioso que una de las mejores canciones en español de los últimos años sea, al fin y al cabo, un tema tan sencillo. Voz, guitarra y arreglos muy sutiles bastan para conformar una canción atemporal, y en la que su repetido “cómo brillas cuando dices mi nombre” es un ejemplo de que es posible decir mucho con muy poco. Las letras del álbum son excelentes, y es una delicia escucharlas interpretadas con la voz y el sentimiento de Vicente –y con la guitarra de César Gálvez–, pero “Casi tierra” no es únicamente esto. Navarro ha expresado en varias ocasiones su interés en fusionar la tradición y “lo que somos como pueblo” con la actualidad y con la influencia anglosajona. El pobre debe estar hasta el gorro de que le digan que “En el río” tiene toques Sufjan Stevens, pero es verdad que en ese tema se nota especialmente esto que comentó. La producción a cargo de Eduardo Figueroa tiene un fuerte componente electrónico y guiños tanto a sonidos más urbanos como a otras culturas que, realmente, forman parte de nuestro pasado.
Así, se pone como ejemplo la influencia árabe y cómo esta coexiste con el flamenco en “La orquesta” y “El puente”, pero quizás no nos sorprende tanto a los andaluces que tenemos, literalmente, ADN andalusí. Y ambos temas suponen un estupendo acercamiento a esto que mencionamos. Por un lado, en “El puente” se muestra la nostalgia por una relación que acabó pero que sigue presente, derrochando amargura al añadir, justo después de “todo está bien”, ese “cierro los ojos para verte/in šāʾ Allāh (si Dios quiere)”. Por otro, en “La orquesta” nos llevamos una sorpresa cuando, en el momento en que el corte alcanza su punto más flamenco, este aparece... pero de forma electrónica. Otra sorpresa es la que nos llevamos en “Toro”, el single más reciente: nadie se espera ese estribillo cuando suenan los suaves acordes del inicio, y nadie se espera que versos más clásicos como “detrás de mí hay un mar de manos fuertes/de pies como pezuñas y de pecho de plomo” se alternen con “voy a drogarme de ti/y a beberme la Luna”.

El talento de Navarro para las letras es, como dijimos antes, digno de mención, y se refleja también en el delicado ritmo de “Esternón”, sobre el genocidio LGBT en Chechenia (“dime por qué estás aquí/y no en otro lugar”, “si la primera vez que te vi/me fijé en tus dedos/¿cómo no va a ser hermoso/todo lo que nos hacemos?”) o en la muy distinta historia de amor de “Un llanto” (“he de coger el humo que fumas/convertirlo en aire/y he de tener la ropa limpia”, o ese “yo en el suelo y tú en lo alto” que evoluciona a “tú en el suelo y yo en lo alto/tú en el suelo y yo volando”). Incluso, hablando sobre ejecuciones de la Guerra Civil en “Los dientes”. Por tener, tenemos hasta un dueto en la mezcla de urban y flamenco, al estilo de un Dellafuente más melódico, que tiene lugar en “El luto”: aquí se acompaña de Karmento, compañera del sello Tragaluz y con un camino parecido al de Vicente, ya que autoeditó su debut “Mudanzas” gracias a un crowdfunding, y este año sacará con el mencionado sello su continuación.

“Las Montañas” supone una gran elección como cierre al atar el disco por un lado (el acompañamiento de guitarra recuerda al “En el río”) y, a la vez, recordar que estamos en una unión de tradición y vanguardia, con esos “quiero que estés a mi lado” que vigilan de fondo. Nos decía Navarro cuando le entrevistamos que interpretar las canciones ha sido para él toda una experiencia: también actor, está acostumbrado a desaparecer detrás del personaje, “pero cuando cantas no es así, y de hecho tenía mucho miedo en hacer este disco porque durante mucho tiempo pensaba que no sería capaz de interpretar mis canciones y conectar con la gente. Un día eso se rompió y conecté conmigo... Estaba acostumbrado a no ser yo, y esto trata justamente de lo contrario. En cualquier caso, el disco se llama ‘Casi tierra’ porque estoy en el camino, en todos los sentidos”. Después de escucharlo y analizarlo, nosotros añadimos que está en el buen camino, y que 'Casi tierra' es, no solo uno de los mejores discos de este año que acaba de terminar, sino uno de los mejores debuts que he tenido oportunidad de escuchar en los últimos años. Muchas ganas de ver lo que vendrá a continuación.

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