Grind Capital

Resulta reconfortante escuchar un disco de estas características, libre de ataduras formales, de aburridos convencionalismos y de asfixiantes criterios comerciales. Es la ventaja que tiene el ceñirse a un estilo que, dentro de su propia agresividad, admite no pocos matices como el humor negro (a ratos negrísimo), crítica social y otros recursos sin olvidar la brutalidad tan propia del Grind-Core empezando ya por sus propios títulos: “Coprofunding”, con su impagable letra tan ácida como cabría esperar, “Let’s go let’s bomb” (antibelicista), “DDT (Deporting Donald Trump)”, cuyo título lo dice todo, “Ahmadinejazz" (por Dios, ¿de dónde se sacan estos títulos tan ocurrentes?), pura caña a los posers del jazz, “Back from the black hole”… etc.

Cambios de ritmo, de velocidad, brutalidad a raudales… “Grind capital” contiene todos los elementos que han hecho de Vicepresidentes una de nuestras bandas de cabecera. Además, hay espacio para alucinar con el apasionante sonido de guitarra de “DDT (Deporting Donald Trump)” o “No future for biology”. “Runner to the hills” (nada que ver con Iron Maiden), “Past knocks your door” o el propio “Back from the black hole”, con sus cambios de ritmo, harán las delicias de los seguidores de lo más extremo, habida cuenta de su excepcional atractivo, más intuyo que ni el propio Kanda pueda evitar imprimir su sello en cada uno de los múltiples proyectos en los que se involucra. La manera de sostener las notas e, incluso, el propio y grave sonido de guitarra le delatan en “DDT (Deporting Donald Trump)”, “Grave arkauti” o “No future for biology”, entre otras.

Al hilo de ésta última, resultan turbadoras esas voces extraídas de la vida real (broncas callejeras por parte de Maroto y sus simpatizantes), a las que se añade la terrorífica música del trío. Es el particular “Revolution Nº9” de los gasteiztarras. Y es que, más que un forzado intento de aterrorizar al oyente, esas voces (incluida la del inefable ex-alcalde de Gasteiz Javier Maroto y sus impresentables declaraciones xenófobas) son el reflejo de una situación socio-política terrorífica por sí misma: Racismo, corrupción, crisis, populismo, obreros de derechas… Kanda (guitarra y vozarrón), Dorbu (bajo) y Mikel (batería) solo dan forma a semejante panorama, llevándoselo a su terreno. En definitiva, un disco al cual tenemos la tentación de catalogar como conceptual (¿Grind-core conceptual? ¡Me temo que sí!) ambientado en ese Gasteiz supuestamente idílico que pretenden vender a los europeos, tan limpio, verde y paradisíaco que cuesta creérselo. Vicepresidentes da la vuelta al concepto de Green Capital y lo pasa por su apisonadora, dando como resultado la otra ciudad, su ciudad: el Grind Capital. No se me ocurre una manera más brutal de hacerlo. Empero, al igual que ocurre con casi todos los discos conceptuales de la historia, algunos temas parecen salirse del tema principal -“DDT (Deporting Donald Trump)”, “Let’s go let’s bomb”…-, aunque pueden servir como complemento. Casi podríamos decir que el hilo conductor lo forman la portada, el título de la canción y el disco y las grabaciones reales de broncas callejeras, más “Grave arkauti” (¿torturas en comisaria?) y, quizás, los posers del jazz (“Ahmadinejazz”) y los “plastas” (“Don’t touch my balls”) del “Coprofunding”.

Mención aparte a la portada y el diseño de la carpeta del gran Piñata, probablemente uno de los dibujantes más extremos del Estado español, creador de paisajes cuasi ruinosos y decadentes, con un muy particular sentido del humor que encaja como un guante en el disco que nos ocupa, reflejando como nadie el apocalipsis intelectual y socio-político que nos rodea. Piñata, histórico del Fanzine TMEO, probablemente una de las últimas publicaciones con libertad artística total, que casi 30 años después sigue sin (querer) recibir ni un euro por parte de las instituciones.

No malgastes tu tiempo y sumérgete desde ya en el submundo de Vitoria-Gasteiz, el Grind Capital. ¿El disco más bestia del año? ¡Atrévete con el no!