MSDL - Canciones dentro de canciones

Tiempos extraños nos ocupan. Más aún cuando seis intrépidos músicos se han atrevido a regrabar por completo su último álbum y a relanzarlo sin que hayan pasado siquiera tres años entre una versión y la otra. Y es que, a pesar de las reiteradas explicaciones que nos hayan dado, resulta inevitable preguntarse: ¿Cómo es posible que los de Tres Cantos nos presenten una mutación de un material ya editado en vez de algo completamente novedoso? ¿Era necesario reinterpretar las composiciones de “Mismo Sitio Distinto Lugar” (17)? ¿Son mejores los nuevos temas que los anteriores? ¿O por qué, pese a la evolución que supuso aquel disco, se apunta aquí hacia una dirección diferente?

Pero la clave de todo el asunto y en lo que deberíamos centrarnos es: ¿Son buenas las canciones? Y la respuesta en este caso es clara y rotunda; sí, lo son. La banda revienta taquillas del indie patrio ha logrado volver a sorprendernos con una victoria discográfica que convencerá a fieles y, probablemente, también a algunos profanos. Diez interesantes cortes que dejan a un lado la hiperbólica producción de su anterior trabajo, sumergiéndose en un sonido más orgánico, de mayor calidez y emotividad, liberado de efectos vocales radicales y de sampleados, pero poseedor de la misma garra y capacidad épica.

Bajo la portada azul se encuentran treinta y siete minutos de disfrute, donde adquieren protagonismo las guitarras acústicas y las percusiones, con espacio tanto para los ritmos latinos como para algo de distorsión. A medio camino entre el pop folclórico de Natalia Lafourcade y el espíritu austero de The Beatles en “Let It Be” (70), aderezado con el tono solemne e introspectivo marca de la casa.

Vetusta Morla redoblan la apuesta y vuelven a cuadrar el círculo con un trabajo que recoge su esencia, libre de los excesos del estudio y sin alardes innecesarios. Una buena excusa, sumamente accesible, para volver a dejarnos atrapar por las redes de una banda que siempre es capaz de demostrar el más alto nivel.