Para seguir adelante en la música, como en la vida, es necesario arriesgar unas veces, otras dar un paso atrás. Andy Cabic jugó al despiste con el antojadizo sonido electropical en "Complete Strangers" (15). La crítica le recriminó tal capricho, así como los seguidores más puristas. Pero ya desde el adelanto de este nuevo álbum se muestra decidido a recuperar a los fans de Vetiver que exigen un retorno al sonido casero y templado de siempre, su singular estilo trabajado durante 15 años de andadura hacia quién sabe dónde. El single “To Who Knows Where” anticipaba hace meses esa duda existencial apoyándola en una simple guitarra acústica rasgada con cariño, más la voz susurrante de Cabic, que apenas añade a la nueva decena de canciones las bases rítmicas básicas y algunos arreglos traducidos del country (pedal steel) o el oxidado freak-folk (percusiones). Con esta fórmula sencilla, orgánica, y respaldado por los mismos músicos que participaron en su entrega anterior, Cabic ha encauzado a Vetiver en la clásica producción 100% indie: gestada y grabada en casa de un amigo tras varias tardes improvisando en largas sesiones, en algún lugar perdido con vistas a la legendaria y luminosa Sierra Nevada californiana. La portada del álbum inmortaliza la inspiración que brota de dicha cordillera.
Habrá quien no quiera ver en los pasos atrás de Vetiver la evolución y el firme propósito de progresar en busca de la música que persiguen. Las mejores evidencias de sus actuales intenciones fueron publicadas a principios de 2019, cuando Cabic y su gran compinche Eric D. Johnson (Fruit Bats) grabaron "In Real Life" (Live at Spacebomb Studios) para cerrar dos años de bolos compartidos en acústico, mano a mano, guitarra con guitarra, de costa a costa, transitando los laberintos de la improvisación con canciones de sus respectivas bandas; bolos que durante meses fueron guiando los pasos más adecuados para grabar esta tanda, depurada, sencilla, de canciones de autor. La producción final sigue en manos de Thom Monahan, que tiene a Vetiver y amigos (Devendra Banhart, Neko Case, Pernice Brothers) entre sus proyectos de referencia.
Si el single de adelanto mencionado sirvió de credencial para los fans de siempre, el tema que da nombre a este séptimo álbum de Vetiver, “Up on High”, es quizá el que mejor se ajusta a la propuesta tradicional, la canción correcta para descubrir por vez primera a esta banda curtida en la carretera. Por su parte, “Swaying” acelera el ritmo para romper la monotonía o pereza en las que puede caer cierta acústica crepuscular, dejando a "Hold Tight" la puerta abierta a otros sonidos naturales que rodean la puesta de sol en la que parecen quedar envueltas estas nuevas viejas canciones.
Apenas escuchando los instrumentos principales –bajo, batería, guitarra acústica – grabados en vivo para cubrir la base sobre la que despegar hacia el cielo limpio del desierto, cualquiera se da cuenta que no hace falta mucho más para que el disco funcione y Vetiver vuelva a ganarse la confianza de ese nutrido grupo de gente que sabe sobrevivir con poco y seguir avanzando.
Porque Vetiver retrocede para sigue avanzando.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.