“Cómida Rápida” (EMERGE, 24) es esa hamburguesa que devoras a las 5 de la mañana. Es el mensaje que no tenías que haber enviado a tu ex y ese after antes de un lunes de reuniones. El nuevo álbum de Venturi sirve como una colección de lecciones poco didácticas, pero que saben de maravilla.
Diez temas que bien podrían ser la secuela de aquel “Darveider” con el que el grupo explotó en 2021 (“1, 2, 3, McDonald’s…”) y que devuelven al cuarteto al rock acelerado. Y es que se nota que había mucha hambre de volver a su sonido primitivo, a sus noches sin dormir y a esos tempos urgentes que dejaron un poco de lado en su anterior EP.
Unos estribillos de los que es difícil escapar y que unen ingenio y garra con bocados de malos vicios. Combos que el propio grupo vende como si estuvieran en oferta, como si fueran fáciles de preparar. Porque si uno lo escucha con prisa, sí, podría quedarse en eso: un pedido a domicilio más. Pero merece la pena rebuscar entre punteos y letras descabelladas. Hay imágenes muy potentes escritas con buen pulso detrás de toda esa ironía constante. ¿Cómo es posible, si no, contar una crisis existencial en el minuto cincuenta que dura “Quesquesé”?
Dejando de lado algún intento de pogo fácil, el disco es mucho más que dopamina inmediata “para llevar”. “Hoy he recibido flores” es otra de esas sorpresas dignas de escuchar (y sudar), “La Noria” o “Fat Toni” bien podrían ser la trama del Emmy a Telenovela del año y “Safari”… “Safari” es la clara demostración de que las reglas las usan como servilleta, de que la enseñanza estrella de “Comida Rápida” es no tomarse la vida demasiado en serio. Bueno, y también de que quieres a estos chicos a tu lado de fiesta.
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