Traditional Synthesiser Music
DiscosVenetian Snares

Traditional Synthesiser Music

8 / 10
Daniel Mesa — 14-01-2016
Empresa — Planet Mu
Género — Electrónica

El prolífico Aaron Funk, mejor conocido por su alter ego Venetian Snares, regresa con su tercer trabajo en menos de un año. Si en su anterior referencia, el celebrado y sobreproducido "Thank you for your consideration" (autoeditado, 2015), el canadiense se deleitaba en el breakcore noventero mostrando por minutos su lado más torturado en retorcidas dinámicas sonoras, en este "Traditional Synthesiser Music" (Planet mu, 2016), se desprende de cualquier elemento superfluo o externo para disparar directo a la génesis.

Electrónica inteligente y desnuda. Deshumanizada pero sensible. Desbocada pero contenida en su forma. Un ejercicio que muchos no tardarán en relacionar con los Analords de Aphex Twin, aunque lo que encontramos aquí poco tiene que ver con las sobrevaloradas reliquias del irlandés. Lo de Funk está lejos de ser un puñado de descartes. No obstante, si algo caracteriza este LP es el concepto que ensambla el conjunto. Todos los tracks fueron grabados en directo únicamente con ayuda de un sintetizador modular, dando lugar así a varias versiones con diferentes estructuras de cada uno de los tema­s y de los cuales el artista decide rescatar estas doce­. De ahí, la homogeneidad que encierra el disco hasta el último minuto, sin arreglos demasiado forzados ni retorcidos cambios de tercio.

El homenaje al universo analógico que nos brinda el productor de la calavera y la margarita en plena era digital se posiciona más cerca del pot-à-feu de Delia Derbyshire (ojo a la base de “Goose And Gary v2”) que de la IDM del Warp de los 90. Aunque, como no podía ser de otra forma viniendo de alguien que lleva el género por bandera, también hay mucho de eso. De hecho, resulta inevitable pensar en los londinenses Plaid al oír la melodía de la nostálgica “Everything About You is Special”, o del primer Squarepusher (antes de sus experimentos jazzy) mientras suena la esquizofrénica “She Married A Chess Computer In The End”, un título que incluso del lado de la tralla más molesta es capaz de emocionar al respetable. Y es que, la declaración de intenciones que Venetian nos trae en forma de decibelios se antoja casi una suerte de himno para iniciar una nueva era ya conocida. Un tiempo en el que las máquinas se han quedado a vivir con nosotros para servir a nuestras emociones.

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