Contar historias no es nada sencillo. Mucho menos cuando se parte de algo que ya se ha contado para volver a hacerlo, pero, en esta ocasión, de forma más honesta. Es lo que han intentado los chicos de Veintiuno —con éxito— en su “Balada de Delirio y Equilibrio” (Warner Music, 2025), largo que nace de la historia de “Delirio y Equilibrio”, uno de los temas más exitosos de su segundo álbum, “Gourmet” (Warner Music, 2018).
“El Arte de Perder”, su predecesor, fue muy poco espontáneo y buscó actuar como una presentación pop del sonido del que eran capaces los toledanos. Pero este disco no ha sido así. Como en una novela, la banda se sirve de diferentes recursos estilísticos —en este caso, estilos musicales— para contar la historia de los famosos Delirio y Equilibrio, dos personajes que se van definiendo canción a canción. El largo de los de Toledo se vale de lo que una vez ocurrió para trazar un disco deliberadamente cinematográfico que va mucho más allá de las melodías.
“Balada de Delirio y Equilibrio” es un álbum visceral, lleno de tantas imperfecciones como verdades, como lo están la vida y las historias. Porque solo de lo que realmente se vive puede engendrarse un trabajo como este. Y, por eso, no podía sino ser un viaje con amigos. Las colaboraciones del largo, tan poco calculadas —aunque excesivamente emocionales— son imprescindibles para contar lo que pasó. Malena Villa, Sebastián Llosa, Enol, Siloé e Iván Ferreiro dejan en cada canción una parte de sí para vestir al disco con sus voces, tan diferentes como necesarias.
Todo esto convierte la “Balada de Delirio y Equilibrio” en un álbum que, por partes, tiene sentido, pero que cobra todo su significado cuando se escucha del tirón y, a ser posible, con los ojos cerrados. Una historia inmortalizada en trece canciones y un prólogo que rinde homenaje a una de las primeras frases del álbum: “Me gustaría que alguna vez contaras realmente cómo fue”.
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